Esta vida que uno tiene....

Hoy un amigo de Venezuela me etiquetó en un comentario de una red social, que correspondía a una nota de otro blog...
Un título tan llamativo, tan alusivo.....
Algo que a mí como argentina, me llamó muchísimo la atención....
"Se vende helado de teta"
Así de simple, sin anestesia....
Tuve que contener la risa, casi ahogándome con la soda que estaba tomando, ya que la expresión suscitó en mi mente variadas imágenes correspondientes (equivocadamente) con la expresión.
Llamada a la curiosidad, me puse a leer la nota que amplió mis conocimientos con respecto a la cuestión, y también leí un poco acerca de la autora de la nota.... Una joven aventurera que se atrevió a dejar su rutina y dedicarse a convertirse en la catadora de helados más experimentada del mundo.
Fue así como me puse a pensar acerca de mi propia vida, y qué es lo que me lleva a levantarme en las mañanas.
Comencé a recordar todos esos viajes que yo misma realicé, ya sea en compañía de mis familiares, como también sola, sola como un perro....
Recordé la potencia que tenía el agua de las Cataratas del Iguazú cuando anduve por esos pagos en 1998. Mi hermano pequeño tenía por aquél entonces 4 años.
Y la magia de haber dormido entre los pingüinos en Punta Tombo, en el año 2000.
El viaje más reciente realizado en familia correspondía con 15 días en Salta y Jujuy, admirando las diferentes tonalidades del suelo norteño y la humildad de la gente del Norte. Que pacífico que resultaba pasear por calles de tierra, al lado de construcciones sencillas, saboreando la vista de las montañas coloridas y la calma de un pueblo al que el tiempo no había afectado.
Sin embargo, fue quizás la inmensidad de las Salinas lo que más cautivó mi atención. Esa gran extensión de blancura, como si fuese un espejo inmenso y desolado, tan extenso que se perdía la mirada en su grandeza.
Ni hablar de los viajes que realicé a Alemania, Austria, Hungría y la República Checa. Increíbles visitas al Viejo Mundo, admirando la arquitectura, la gastronomía y la cultura callejera.

Ya con esa parte de mis recuerdos, claramente tenía una historia que contar para cada ocasión.

Me parece que seguiré analizando los diferentes aspectos de mi vida en la próxima nota.

Ahora creo que me voy a preparar la cena........